Voces y ecos en IT Governance

Voces y ecos en IT Governance

Voces y ecos en IT Governance

Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna.

A distinguir me paro las voces de los ecos,

y escucho solamente, entre las voces, una.

Estos versos son del poema Autorretrato de Antonio Machado. Como toda obra de un genio, estos versos resisten el paso del tiempo, se vuelven atemporales, o más bien eternos, y no se hallan sujetos a las veleidades de la moda. Una de las razones de su eternidad radica en su naturaleza polisémica, lo que hace que estos versos de Machado nos sirvan para ilustrar la situación actual en lo que respecta al Gobierno de la TI.

Hoy en día es común oír hablar del Gobierno de la TI y de su utilidad para los departamentos de TI. Habitualmente, las voces, o ecos, que hablan de las bondades del Gobierno de la TI expresan en realidad las excelencias de Cobit, que serán muchas, pero que sólo son una parte de todo lo que representa el Gobierno de la TI. Seguidamente, veremos qué se entiende verdaderamente por Gobierno de la TI y cuál podría ser su aplicación en una TI en un entorno de sourcing.

El Gobierno de la TI

Para definir qué es el Gobierno de la TI vamos a partir de una definición distinta de la que habitualmente conocemos. Según Peterson [1], el Gobierno de TI se concentra en el doble propósito de contribuir a la operación y rendimiento del negocio presente y transformar y posicionar la función de TI para alcanzar los retos futuros del negocio.

Es importante destacar que la Gestión de Servicios de TI y el Gobierno de la TI tienen límites difusos, lo que lleva a errores de actuación. Si desde la Gestión de Servicios de TI estamos pensando en posicionar la TI para el futuro, o si desde el Gobierno de la TI nos preocupamos de procedimientos de relación entre procesos, en ambos casos estamos invadiendo campos ajenos. Cada disciplina tiene herramientas de operación distintas. Dicho de manera gráfica, si con la Gestión de Servicios de TI queremos jugar al Gobierno de la TI, será como jugar un partido de fútbol con un balón desinflado.

En las estructuras y los mecanismos de relación se consigue el verdadero significado del Gobierno de la TI: contribuir al rendimiento del negocio

Para Peterson, un Gobierno de TI debe implementarse siguiendo un conjunto de estructuras, procesos y mecanismos de relación. Por estructuras entiende la existencia de un conjunto de responsabilidades, tales como la dirección de la función de TI o los distintos comités de TI que puedan existir dentro del Consejo de Dirección; además, también tiene en cuenta la propia estructura del departamento de TI. Con los procesos se refiere a las actividades para la toma de decisiones y la medida del rendimiento. Finalmente, los mecanismos de relación ponen de manifiesto la necesidad de incluir la participación de la función de TI en el negocio, la existencia de un diálogo estratégico, el aprendizaje compartido, o la comunicación adecuada. Lo importante en este ámbito es crear un eje negocio-TI sólido.

Según este modelo, Cobit, entraría dentro del ámbito de procesos, lo que hace que Cobit sea sólo un elemento del Gobierno de la TI. La grandeza de este modelo radica en sus  ámbitos de estructuras y mecanismos de relación, a través de los cuales se consigue el verdadero significado del Gobierno de la TI: contribuir al rendimiento del negocio y preparar la TI para el negocio futuro.

Gobierno de la TI en un entorno de sourcing

Ahora aplicaremos este modelo de Gobierno de la TI de Peterson a un entorno de sourcing en la TI. Para ello tomaremos como base las siguientes fases en un proceso de externalización:

  1. Estrategia de sourcing: esta fase es en sí estratégica y por tanto perteneciente al Gobierno de la TI. Estaríamos de lleno dentro del ámbito de estructuras antes indicado.
  2. Alcance: implica a los tres ámbitos al tener que definir: roles (estructuras), elementos de medición (procesos) y relaciones de frontera entre ‘lo que se queda dentro’ y ‘lo que se queda fuera’ (mecanismos de relación).
  3. Selección: se definen la estrategia de oferta y los mecanismos de selección. Nos encontramos en el ámbito de estructuras, principalmente, y en mecanismos de relación al determinar los elementos para la selección que implican a terceros.
  4. Due diligence: o diligencias finales previas a la contratación. Proveedor y cliente se conocen mutuamente y se trabaja para evitar conflictos futuros. Estamos en el ámbito de los mecanismos de relación
  5. Contratación: el ámbito más relevante es el de procesos, por cuanto que está directamente relacionado con el establecimiento de los niveles de servicio.
  6. Transición: se puede pensar que esta fase es operativa y no responde al Gobierno de la TI. Sin embargo éste tiene un papel relevante en sus mecanismos de relación.
  7. Gestión del contrato: al llegar aquí se piensa que ya todo está hecho y vienen las felicitaciones. Pero todo está por hacer. Lo importante es no perder de vista el objetivo principal del Gobierno de la TI: contribuir a la operación y rendimiento del negocio presente y transformar y posicionar la función de TI para alcanzar los retos futuros del negocio.

Hemos visto sucintamente cómo en un proceso de sourcing los principales ámbitos de Gobierno de la TI que trabajan son los de estructuras y mecanismos de relación. Esto pone de manifiesto que resulta inadecuado gestionar un entorno de sourcing desde la Gestión de Servicios de TI, que se dedica principalmente al ámbito de procesos.

Para terminar, y puesto que empezamos con versos de Machado, qué mejor que acabar con nuevas palabras de tan insigne poeta. Con el fin de despertar los espíritus inquietos, que son el asilo de la duda, y ésta el sustento del progreso, podemos concluir diciendo:

 Confiamos,

en que no será verdad

nada de lo que pensamos.

[1]   Peterson, R. Information strategies and tactics for Information Technology governance, en W. Van Grembergen (Ed.), Strategies for Information Technology Governance. Hershey, PA: Idea Group Publishing, 2003.

 Publicado en Suplemento de Network World, nº 231, Computerworld nº 1174 (12-13), marzo

 

Hacia una nueva percepción del valor de las TI

Hacia una nueva percepción del valor de las TI

Hacia una nueva percepción del valor de las TI

La torre Eiffel se levantó como imponente arco de entrada para la Exposición Universal de París de 1889. Acabada la Exposición la torre Eiffel permaneció a pesar de las críticas. Sin embargo, se estipuló que con el fin de siglo debía ser desmontada. Llegó el 1900 y la torre Eiffel sobrevivió. Para su ventura se le encontró una utilidad hasta entonces desconocida. La Marina la reclamó como soberbio pedestal para situar en su cúspide una antena de radio. La torre Eiffel se salvó gracias a las TI, lo que significa que podemos estar ante la primera manifestación histórica del valor de las TI.

Mucho después, en 1967, se instalaba el primer cajero automático en una sucursal del Barclays Bank de Enfield (Londres). En España, el primer cajero automático se instaló la sucursal del Banco Popular en Toledo en 1974. Las TI parecían salir de su ubicación como simple actividad de soporte en la cadena de valor de Porter y durante la década de los años 80 se publicaron numerosos artículos que situaban a las TI como “armas estratégicas”, tomando como referencia su éxito en el sector bancario. El valor de las TI parecía claro.

El problema surgió en 1987 cuando Robert Solow, premio Nóbel de economía, predicaba en el New York Times que no se observaba un rendimiento cuantificable de las TI. Se atrevió a decir que el rey iba desnudo y abrió el debate sobre el valor de las TI. Recientemente, Nicholas Carr arguyó que las TI no tenían importancia, y acabarían siendo subcontratadas, como ocurrió con los generadores de energía en las empresas. Los proveedores de servicios de TI ponían a Carr en los altares, mientras que los directores de la TI se agarraban a los bordes de la mesa ante el zarandeo de su silla.

Actualmente se nos dice: “si no se puede medir, no existe”. Nadie lo discute, pues es lo que “se” dice. De ser verdad mal vamos en una sociedad que denominamos del conocimiento y  queremos encumbrar a sociedad de la sabiduría. Reconozco mi ignorancia, pero no sé a cuánto se encuentra el kilo de conocimiento. Quizá no se pueda medir porque pertenecen a ese conjunto de existencias, que denominamos intangibles: como la felicidad.

El Gobierno de las TI tiene que cambiar nuestra percepción de las TI y de su valor

De tanto decir TI olvidamos que las Tecnologías de la Información gestionan información; es una obviedad, pero en los conceptos sencillos se encuentra la verdad. Las TI se ocupan de la información y la información es un intangible. Este hecho es todavía mucho más relevante en el sector bancario, donde actualmente tener dinero no es más que un valor numérico en una base de datos.

Si queremos tasar el valor de las TI tenemos que adoptar una nueva perspectiva. Debemos cuantificar su rendimiento, cuestión que haremos a nivel de proceso. Ahí tenemos las  implementaciones de procesos de ITIL basadas en rendimiento, que hacemos desde Quint. Nos queda por desarrollar una nueva visión que tenga en cuenta la naturaleza intangible del valor. Esta visión sólo se puede alcanzar desde un verdadero Gobierno de la TI.

La torre Eiffel no sólo se convirtió en símbolo de París. Además se podía subir por ella y ver París desde las alturas, cosa inédita hasta entonces. La torre Eiffel modificó la percepción que los parisinos tenían de su ciudad.

Publicado en Comunicaciones Hoy, Nº 69 (11), año VII, marzo, 2008

 

Pin It on Pinterest