La rebelión de las masas 2.0. Crowdsourcing en tres actos

La rebelión de las masas 2.0. Crowdsourcing en tres actos

La rebelión de las masas 2.0. Crowdsourcing en tres actos

Ortega y Gasset comenzó a publicar “La rebelión de las masas” como un conjunto de artículos en el diario El Sol en 1929. La rebelión de las masas nos habla de ese hombre-masa, cómodo en la mediocridad de la multitud. ¿Es esa multitud hoy el crowdsourcing?

Crowdsourcing es un tipo de innovación abierta donde el servicio, una vez dividido en tareas, es conformado por “populosas” fuentes, a través de una convocatoria abierta. Suena a éxito por su capacidad de generar rendimiento, al entregar una demanda finita a una oferta ilimitada; suena a fracaso por su incapacidad de gobernar esa oferta en forma de masa informe.

Bebiendo de aquí y allá (como el crowdsourcing), propongo tres muestras de realidad, a la manera de tres actos teatrales, que nos permitirán obtener una imagen de los retos a los que se enfrenta el crowdsourcing; retos a solventar en un corolario, que siempre suena a campo florido.

Acto I: TED naufraga en las fuentes populosas

TED (Technology, Entertainment, Design) es una organización que da cauce a las “ideas dignas de difundir (Ideas Worth Spreading). Para ello organiza su congreso anual  (TED Conference) y sus charlas (TED Talks). En 2009 la organización decidió abrir sus puertas, permitiendo que cualquiera, en cualquier lugar, pudiera gestionar conferencias de forma local bajo la marca TED (TEDx; por ejemplo: TEDxMadrid). En pocos años, un populoso ejército de voluntarios creó más de 5000 eventos TEDx en más de 130 países sin apenas inversión para TED. Todo un éxito del crowdsourcing.

Pero dos eventos TEDx han dañado su aventura de éxito y credibilidad: TED ha difundido ideas cuya dignidad de difusión está en entredicho.

En el evento TEDxCharlotte de 2010 se presentó la ponencia “Vortex-Based Mathematics”. El joven y animoso ponente, Randy Powell , asegura conocer el origen de la energía perpetua, capaz de ofrecer energía sin límite al mundo. Todo se reduce a una especie de lazo geométrico de 8 vértices, inscrito en una circunferencia. Asignando números  a los vértices y aplicando una simple secuencia de cálculo, el clarividente científico ofrece la llave para una fuente de energía ilimitada y no contaminante. Discurso de crecepelo aderezado con palabras científicas.

La ponencia pasó inadvertida hasta la primavera 2012, cuando un famoso bloguero científico la descubrió y la dio a conocer como ejemplo de pseudociencia de mercadillo. En pocos meses la noticia trascendió por las redes, mientras la imagen de TED se reducía con la misma energía sin límite que proclamaba la teoría del “Vortex-Based Mathematics”. TEDxCharlotte eliminó el video de su página web en octubre, pero no lo pudo eliminar de la red, y todavía hoy podemos encontrar un registro del espectáculo científico-circense en Youtube.

Pero la cosecha de éxitos no terminó con este evento matemático. En diciembre de 2012 se celebró el evento TEDxValenciaWomen. En él se presentaron ponencias sobre el calentamiento de cristales o la psicoaromaterapia egipcia. El poco rigor de tales conceptos, que se mueven por el mundo del espiritismo curandero, levantó una nueva polvareda de críticas sobre el poco valor de las conferencias de TEDx.

Dos eventos TEDx han dañado su aventura de éxito y credibilidad: TED ha difundido ideas cuya dignidad de difusión está en entredicho.

TED basó su despliegue mundial en el crowdsourcing. De otra forma habría sido imposible hacerlo tan rápido y tan barato. Desde 1984 ha venido ofreciendo conferencias de gran calidad, con ponentes imponentes. En algo menos de 30 años se ha creado una imagen de solvencia intelectual; ha bastado un año para decir que sus ideas ya no merecen la pena.

Acto II: ¿Dónde está el poder de los poderosos?

En marzo de este año el escritor Moisen Naim publicó el libro “The end of power”. En él establece que el poder se ha vuelto más fácil de obtener, más difícil de usar y mucho más fácil de perder. Lo vemos en presidentes de gobierno, con un Obama incapaz de acotar el derecho a las armas, o en una Italia ingobernable; en directores de organizaciones, presionados por los mercados y por unos clientes exigentes, bien informados y conectados por las redes sociales; en un Papa que abdica; o en ejércitos sustentados por la más alta tecnología, pero acorralados por armas caseras. El poder ya no está concentrado, está desubicado, o cuando menos, distribuido.

Según el autor, esta situación responde a la existencia de tres revoluciones simultáneas: la Revolución del Más, porque hay más gente, más sana, más informada y más formada capaz de responder a cualquier poder; la Revolución de la Movilidad, donde las personas, los productos y el dinero son el paradigma del móvil perpetuo, y con ellos las ideas como semilla de cualquier contestación; finalmente, la Revolución de la Mentalidad, una mejor formación y una mayor movilidad han llevado a extender una idea de consenso sobre la importancia de las libertadas individuales, el derecho a la igualdad y el rechazo al autoritarismo.

Estas tres revoluciones juntas han arrumbado al poder. En palabras del autor: “la Revolución del Más ayuda a asediar las barreras [del poder], la Revolución de la Movilidad les ayuda a rodearlas y la Revolución de la Mentalidad las socava”.

Quizá el error consista en confundir autoritarismo con todo tipo de poder; quizá en ejercer todo tipo de poder sin liderazgo.

Volviendo al acto primero, la imagen de TED, que era su poder, se ha visto erosionado por unos pocos sin apenas poder. Si cualquier poderoso hoy en día se encuentra amenazado por una masa revolucionada, recurrir al crowdsourcing parece un suicidio. Es entregar las armas al que sin armas ya presenta batalla.

Acto III: Rendimiento y salud

Dentro de esa Revolución de la Mentalidad existe el consenso, quizá tácito, sobre la necesidad de atender no sólo a las métricas de rendimiento (p.e. EBITDA, precio de la acción) para construir una organización de éxito.

Esta idea no es nueva. Kaplan y Norton ya hablaron de las otras dimensiones para crear un cuadro de mando balanceado, y no sólo focalizado (ofuscado) en métricas financieras. Recientemente, Scott Keller y Colin Price, senior partners de McKinsey proponen “la gran idea” en su libro “Beyond Performance: How Great Organizations Build Ultimate Competitive Advantage”: una organización debe vigilar su rendimiento y su salud. Por salud entienden “la habilidad de la organización para alinear, ejecutar y renovarse más rápido que los competidores de tal forma que puedan sostener el rendimiento en el tiempo”. Bonitas palabras de consultor, que dicen poco por decir lo evidente.

La idea no sé si es grande, pero sí es simple. Al menos conocida, pero reconozco que no siempre atendida. Una organización no debe centrarse sólo en éxito financiero, también debe pensar en las capacidades intangibles de su organización: crecimiento de sus empleados, creación de una cultura adecuada, capacidad de desarrollo, implicación en una visión de futuro. Es la vieja idea de Juvenal de mens sana in corpore sano.

Hoy en día esta idea nos suena a Lean, como conjunción de técnicas para mejorar el rendimiento a la vez que se crea una cultura específica de organización, una nueva mentalidad, donde, por ejemplo, el jefe ya no es el que manda (como vimos en el Acto II), sino el que lidera.

Una organización no debe centrarse sólo en éxito financiero, también debe pensar en las capacidades intangibles de su organización

Corolario: Líderes de la multitud

“Con las lluvias del abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido”;

dice el poeta a un olmo viejo. Este corolario también ofrece renovada vida al crowdsourcing.

El crowdsourcing se sumerge en el actual paradigma de pérdida de poder. Entrega el poder a aquellos sobre los cuales apenas se tiene influencia. En el acto III vemos que el desarrollo sostenido de una organización sólo se encuentra en el correcto equilibrio entre rendimiento y salud. Este pequeño teatro de realidad nos ofrece las claves iniciales para una gestión del sourcing, que se resumen en dos puntos en busca de tal equilibrio:

  • Innovación abierta no significa que todo sea abierto: las organizaciones deben saber distinguir entre aquello es abierto y aquello que no lo es. La innovación abierta debe conjugarse con los espacios acotados. TED dispone de espacios en innovación abierta (crowdsourcing) como son los TEDx, pero también de eventos cerrados como son las conferencias anuales TED Conference. Apple dispone una plataforma cerrada sobre la que cualquiera (crowdsourcing) puede crear sus aplicaciones móviles. Orientarse a la innovación abierta implica definir con claridad la estrategia de qué será abierto y qué no, sin miedo a pensar que lo cerrado es políticamente incorrecto (evitando la Revolución de la Mentalidad).
  • Compartir objetivos. Como elemento para crear esa “salud” en una organización que excede sus límites habituales al incorporar la innovación abierta, y en particular el crowdsourcing. Ya no es posible recurrir a los incentivos basados en transacciones económicas, válidos para relaciones contractuales; se deben compartir los objetivos. Ante los lamentables eventos de TED, la organización publicó una carta en su página web (en definitiva a su comunidad de crowdsourcing) en la  que expresaba que la misión de TED era “su” misión de ellos. La aspiración de dar cauce a “ideas dignas de difundir” era la misión de todos aquellos que participaban en TED. Por ello les ofrecía directrices para distinguir aquellas ideas dignas de las indignas. TED “compartió” sus objetivos, creó esa mente sana en su cuerpo sano.

Esta publicación, “Leaners”, es otro ejemplo de crowdsourcing al alimentarse de distintas fuentes. Su éxito será mayor o menor, pero sí tengo claro que sus escritores y lectores saben de ese “algo” que distingue a Leaners de otras publicaciones, quizá todavía sin definir exactamente, pero cuya presencia se nota. De alguna forma está consiguiendo compartir ese objetivo que la define.

Una rebelión de masas no es una masa revolucionada, en su sentido de descontrolada. Es una masa motivada, preparada para la acción. A comienzos del siglo pasado Ortega y Gasset nos hablaba del hombre-masa como aquel cuya vida carece de proyectos, porque se siente dentro de la masa y ahí se encuentra cómodo. El crowdsourcing recurre a la masa y extrae de ella todo su potencial cuando le ofrece sentido; el sentido que da el compartir un proyecto.

Publicado en Leaners Magazine, nº 2, Reinventing Innovation, pp 18-20

 

Lean startup o el eterno retorno de lo nuevo

Lean startup o el eterno retorno de lo nuevo

Lean startup o el eterno retorno de lo nuevo

¿Novedad, o retorno de lo nuevo? ¿Solución o moda pasajera? ¿Es Lean Startup una moda pasajera, o es alternativa sólida de futuro?

Walter Benjamin, filósofo y crítico de arte, sostenía que la moda es “el eterno retorno de lo nuevo”. En estos tiempos, no rápidos, sino alocados, subyugados por la quimera del eterno crecimiento, afloran de manera constante metodologías, buenas prácticas, filosofías o modelos, en busca de esa novedad que nos lleve más lejos.

La mirada Lean Startup

Según Eric Ries, Lean Startup es toda institución humana designada para crear nuevos servicios bajo condiciones de extrema incertidumbre. Lean Startup es innovar en el páramo de la incertidumbre.

Cuando todo es duda, lo de menos son las herramientas de medida, pues éstas sólo ofrecen datos. Lo importante es saber interpretar tales datos, saber cómo extraer conocimiento de ellos. Lo importante es la mirada: la actitud de los ojos que miran esos datos. La actitud de Lean Startup es la del aprendizaje validado; consciencia de la aventura del aprendizaje. Construir, medir, aprender. Edison aprendió 2.000 formas de cómo no encender una bombilla hasta que consiguió encender la primera bombilla incandescente. Mirada Lean Startup.

Para saber sobre la existencia futura de Lean Startup, saber si es moda pasajera, o si vino para quedarse, debemos leer las líneas de la mano del presente. Desde mi imperfecta mirada, veo tres marcadas líneas que nos permiten vislumbrar el futuro de Lean Startup.

La línea de la incertidumbre

Lean Startup radica en cómo navegar en el espacio gris de la incertidumbre. Si miramos hacia los próximos e inminentes años, veremos incertidumbre cierta. No digo incertidumbre sobre los próximos años, sino que los días presentes de los años futuros estarán cargados de incertidumbre.

Paradoja sorprendente en una sociedad llamada del conocimiento. Pero en ello radica la sustancia de la incertidumbre: en el exceso de datos. Demasiados ríos de información. Cada vez tendremos más fuentes de información, con la misma capacidad humana y limitada de interpretarlas. Más información para más incertidumbre.

Lean Startup radica en cómo navegar en el espacio gris de la incertidumbre

Actualmente estas fuentes de información las podemos ver en las últimas tendencias tecnológicas. Teniendo en cuenta el último informe de Gartner sobre las diez tecnologías punteras del 2012, podemos establecer tres tendencias:

  • Internet de las cosas: el siguiente paso de la Web 2.0 será doble: la web semántica y el Internet de la cosas. Éste último supondrá la existencia de un caudal de datos sin precedentes, mediante la ubicación de instrumentos y sensores, emitiendo fragmentos de realidad: tan básicos como la temperatura o el  número de personas en tiempo real que entran en un establecimiento, como los alimentos que se extraen de los frigoríficos caseros o el posicionamiento concreto de vehículos. La asíntota, esperemos que inalcanzable, la podemos ver el la película Minority Report (Steven Spielberg, 2002), donde los clientes son identificados al entrar en una tienda por el escaneo de su iris. Internet de las cosas, o la cosificación de la realidad.
  • Movilidad: las tabletas y los smartphones serán los sensores personales, nuevos afluentes de datos capaces de incorporarse al Internet de las cosas. La descarga de aplicaciones para tabletas y smartphones y su uso por los usuarios en distintos entornos, serán nuevas fuentes de datos. Es la extensión de la Web 2.0, la Web2, con la idea de sombra de información expuesta por Tim O’Reilly.
  • Experiencias contextuales de los usuarios: todo lo anterior lleva al fin de esta historia; ofrecer soluciones particulares a usuarios particulares, en función de su contexto (su ubicación, gustos, preferencias, o últimas acciones realizadas). Es la visión de Google en su proyecto Google Glasses.

No sé si la sociedad futura será una sociedad del conocimiento. Sí podemos aventurar que será una Sociedad Intensiva en Datos. Por eso se habla del Big Data, y no del Big Knowledge. Contrariamente a lo esperado, tal cantidad de datos no dará certeza, sino incertidumbre, a menos que sepamos mirar y entender los datos. Crearemos una sociedad n-dimensional, de múltiples variables. La complejidad radicará en saber qué variables leer y saber aprender de ellas. Mirada Lean Startup.

La línea de la Innovación Abierta

Apple, Samsung, Google, RIM, Nokia, Motorola, HTC, Eon, Sony, LG. Toda una plétora de gladiadores, luchando en el circo de las patentes, para mayor regocijo de los “troles de las patentes” (patent trolls, o empresas que se crean con el único objetivo de litigar).

No sé si la sociedad futura será una sociedad del conocimiento. Sí podemos aventurar que será una Sociedad Intensiva en Datos

Según la Stanford University, en los dos últimos años se han gastado más de 20 mil millones de dólares en litigios sobre patentes y compra de patentes, lo que supone una cantidad similar a las ocho misiones Rover en Marte.

El tema es complejo, y posiblemente requiera de un artículo monográfico. Lo importante en estas líneas son las tendencias. Para ello podemos escuchar los silbidos que nos llegan del pájaro de Twitter, quien nos habla del Acuerdo de Patentes de Innovadores (“Innovator’s Patent Agreement”, IPA). Dicho acuerdo se fundamenta en el hecho de utilizar las patentes como elemento defensivo, en lugar de ofensivo, y en garantizar derechos sobre las patentes a los empleados que ayuden a la innovación. Es la base para la Innovación Abierta: extender el campo de control de la innovación. Campo que debe incluir de manera explícita a partners y usuarios.

Quizá la Innovación Abierta esté más extendida por la parte de usuarios (crowdsourcing), y quizá en ello radique su lastre para alzar el vuelo: su pasado relacionado con la idea de desarrollo open source; y ciertas voces discrepantes sobre la sabiduría de las masas (Nicholas Carr y su famoso artículo “The Ignorance of Crowds”, 2007).

A pesar de ello, la Sociedad Intensiva en Datos que hemos visto en la línea anterior sólo podrá crecer dentro de un campo de Innovación Abierta. Demasiados datos para una sola mente; demasiada agua para una sola boca. El espacio de incertidumbre que se crea sólo se podrá solventar desde distintas perspectivas. Distintas miradas Lean Startup.

La línea de las responsabilidades entrelazadas

Otra razón por la que la Innovación Abierta no termina de crecer en el jardín de la innovación es por la complejidad de gestión que supone. Más en detalle, por la asignación de responsabilidades.

En un informe de investigación de Mckinsey  (“Making innovation structures work”) se concluye que las empresas ya no pueden delegar la innovación a una única función, que actúe en solitario. Debemos abandonar la idea del científico, o conjunto de científicos, trabajando aislados en su laboratorio. Por el contrario el éxito de la innovación depende de su interacción continua con la estrategia de la compañía, del compromiso de la alta dirección (C-level), y de la extensión de la función de la innovación en toda la cadena de valor de la innovación: la generación de la idea, prueba, lanzamiento al mercado e implantación a gran escala.

La responsabilidad de la innovación no es cuestión de una función, sino de toda la organización

Todo ello conforma un campo de responsabilidades entrelazadas. La responsabilidad de la innovación no es cuestión de una función, sino de toda la organización. Si a ello le unimos la visión de la Innovación Abierta, que incorpora a partners y usuarios, el campo de responsabilidades entrelazadas se extiende y se complica.

Eric Ries proclama que la innovación es gestión, y que una Lean Startup debe definir nuevas responsabilidades específicas para la innovación. Nuevas miradas Lean Startup.

Líneas convergentes

Todas las líneas anteriores nos llevan a un punto convergente: Lean Startup. Las tendencias nos llevan a espacios de mayor “incertidumbre”, en virtud de una mayor afluencia de datos; sólo será posible “aprender” de tales datos incluyendo distintas perspectivas y aportaciones (Innovación Abierta); tal complejidad exige una “gestión” y una “responsabilidad” específica para la innovación.

Incertidumbre, aprender, gestión, responsabilidad: todo ello conforma la mirada Lean Startup. Ignoro en qué medida Lean Startup puede ser el retorno de algo que ya existió, o que posiblemente siempre haya existido en el espíritu de los verdaderos innovadores; pero sí tengo por cierto que no será moda pasajera. Lean Startup es esa mirada especial que permite atravesar el paisaje nublado por la incertidumbre a la que nos enfrentamos.

Publicado en Leaners Magazine, nº 1, Thinking Lean, pp. 14-16

 

Lean IT: una futura Tecnología delgada y valerosa

Lean IT: una futura Tecnología delgada y valerosa

Lean IT: una futura Tecnología delgada y valerosa

En 1866 Manet pintó «El pífano» inspirado en el cuadro de Velázquez «Pablo de Valladolid» (1635). Manet supo innovar al incorporar colores vivos. Innovación que no supo entender la crítica y la obra fue rechazada por el jurado del Salón de París de ese mismo año. El CIO de hoy en día debe también innovar y elegir entre liderar la nueva TI o ser un gestor compras tecnológicas.

Las turbulencias creadas por las TI están arrollando a las propias TI. La ley de Moore (sobre la duplicidad de la potencia de cálculo de circuitos integrados cada 18 meses) ha venido siendo el paradigma del éxito de la TI, de su rutilante y arrolladora evolución. Y en su camino hacia la cumbre, las TI se han visto deslumbradas y atropelladas por sí mismas. Unas TI cada vez más pequeñas, más rápidas, más potentes, más ubicuas… y más baratas. Por desgracia, se confunde valor con precio, y el futuro de las TI se aprecia incierto.

La tecnología ha dejado de ser un arma competitiva y va camino de convertirse en una utilidad. Si quiere continuar siendo una ventaja competitiva debe ser valiente para ser valiosa; valiente para saber dónde se encuentra la esencia de su valor y actuar para adelgazar y despojarse de todo aquello que ya no le sirve: estructuras, responsabilidades y procesos redundantes, ineficiencias, métricas ineficaces. “Lean IT” puede ayudar a la TI a ubicarse con solvencia en su futuro más inmediato.

Por desgracia, se confunde valor con precio, y el futuro de las TI se aprecia incierto

Un cierto futuro incierto

Según Gartner, para el 2015 el 10% de los “amigos” en línea serán no humanos (internet de las cosas) y el 90% de las organizaciones soportarán aplicaciones corporativas en dispositivos personales. Esto significa que las TI serán relevantes. Tanto, que el 20% de las 500 primeras compañías globales no TI se convertirán en proveedores de servicios TI en red. Es decir, la función TI tendrá nuevos competidores. Las TI serán relevantes, pero no podemos decir lo mismo de la función TI.

La Coporate Executive Board (CEB) describe cinco grandes cambios para futura función TI:

  1. La información por encima de los procesos: el acento se encontrará más en la gestión de la información que en la propia tecnología. La existencia de la computación en la nube llevará a no tener una ventaja competitiva por disponer de una u otra tecnología. La tecnología ya no deberá ajustarse a los procesos de negocio, porque ésta será estándar. El valor diferencial de una compañía radicará en cómo gestiona y explota su información.
  2. La TI embebida en los servicios de negocio: la función TI tienen solape de capacidades. Por ejemplo: análisis estratégico, gestión de proyectos o diseño de procesos son capacidades (actividades) que también se encuentran en el resto de la organización. Por otro lado, la TI genera un resultado (servicio tecnológico) que finalmente controla otra unidad de negocio. Esto lleva a plantear una TI dentro de una organización única de servicios compartidos.
  3. Entrega externalizada de servicios: tendencia que se incrementa debido a los servicios en la nube. Esto significa que los roles de TI pasarán de ser gestores de tecnología a agentes (‘broker’) tecnológicos, buscando siempre el mejor proveedor para un servicio dado.

  1. Mayor responsabilidad del negocio en la tecnología: cada vez la tecnología es más fácil de utilizar y se encuentra en todas partes; esto hace que sea menos necesaria una función específica para la gestión de la tecnología o que ésta deba ejercer un control central. Últimamente Google permite que cada empleado utilice su propio ordenador o dispositivo móvil para trabajar. La función TI está perdiendo su rol de emisor de directrices tecnológicas.
  2. Disminución del rol de la TI en solitario: la función TI dejará de ser un departamento distinguible dentro de la organización. Parte de la función TI pasará a ser responsabilidad de las unidades de negocio, con el fin de tener todo el control sobre el servicio (con gran componente tecnológica) que ofrecen a sus clientes. Otra parte será externalizada. La parte remanente quedará embebida en una especie de grupo de servicios compartidos, donde se ofrecerán capacidades organizativas tales como la definición estratégica, la gestión de riesgos, la gestión de proyectos o el soporte a los usuarios. El papel del CIO pasará a liderar tal grupo o a ser mero gestor de la adquisición e integración tecnológica.

Éste es el futuro universo de las TI. La solución para la función TI no es cambiarlo, sino adaptarse para poder seguir ofreciendo valor en él. Lean IT puede ayudar.

Una TI ajustada con Lean IT

Lean IT es la aplicación de los principios de Lean Manufacturing, Lean Services y Six Sigma para la gestión de los productos y servicios de TI. Lean IT no es una metodología, sino una forma de pensar y de actuar centrada en cuatro objetivos: la entrega de valor al cliente, la eliminación de desperdicios (complejidad, duplicidad de trabajo, transportes, esperas, etc.), la mejora continua y la existencia de una Dirección, no como cadena  de mando, sino como facilitadores para la realización de actividades de valor. Lean IT preserva el valor, con el mínimo trabajo.

Si la función de TI quiere sobrevivir a su futuro debe adoptar este pensamiento Lean. La función TI debe encarar su futuro adaptándose a los cinco cambios antes comentados, con el propósito de seguir ofreciendo valor dentro de ellos. Lean IT dispone de los medios para ello.

Nuestra visión de cómo aplicar Lean IT en una organización se desarrolla en base a cinco dimensiones: cliente, procesos, organización, rendimiento, y comportamiento y actitud. Seguidamente veremos cómo abordar el futuro de la función TI, desde una perspectiva Lean, con acciones concretas en tales dimensiones.

El CIO deberá elegir entre liderar la nueva TI o ser un gestor compras tecnológicas

  1. Cliente: el punto de partida de Lean IT es dejar en manos de éste la definición de qué es valor (la voz del cliente). El cliente debe ser el punto de partida. Dicha definición de valor tendrá una expresión particular dentro de cada cliente. No obstante, desde nuestro punto de vista, toda expresión de valor tendrá un denominador común: la información. El futuro de las TI estará más en la gestión de la información (del cliente), que en la gestión de la tecnología. Sólo será una actividad de valor, aquella que redunde en una mejor información para el cliente.
  2. Procesos: la función TI debe analizar con detalle sus procesos (de gestión y de tecnología) con el fin de identificar ineficiencias (‘value stream maping’). Deberá identificar y minimizar toda actividad que no conduzca a generar valor (desperdicios), entendiendo por valor, la entrega de la información que el cliente necesita.
  3. Organización: en los cincos cambios antes indicados ya se observa un cambio en la organización de la función TI: ésta se verá incluida en centros de servicios compartidos, y sus responsabilidades diluidas en el negocio. La visión Lean nos dice “ve y observa”; ve a los puestos de trabajo y observa lo que ocurre, abandona la soledad del despacho de dirección (conviértete en una Dirección visible). Este cambio de organización responde a tal hecho. El “puesto de trabajo” es el negocio, donde se trabaja con información. La función TI debe “ir” al puesto de trabajo (una TI visible) y observar lo que allí ocurre y se demanda (‘pull’). De una manera natural el negocio está pidiendo lo que Lean propone y la función TI del futuro no se puede resistir a ello, sino abordarlo con la inteligencia y las herramientas que propone Lean IT.
  4. Rendimiento: la función TI debe medir su rendimiento con un doble objetivo: (I) ofrecer información sobre la consecución del valor que ofrece (información), más que sobre la complejidad de sus sistemas; (II) intentar que su actividad carezca de picos y valles sustanciales (flujo continuo), es decir, facilitar una operación estable.
  5. Comportamiento y actitud: éste es el aspecto más complejo de bordar. Aquí radica el valor (esta vez por valentía) de la función TI que quiera afrontar su futuro. Lean IT habla de “preguntar 5 veces”, con el sano deseo de obtener la verdad, más que de buscar excusas; pensar que un problema (los cinco cambios comentados) son más bien una oportunidad de mejora; en resumen, buscar un diálogo abierto entre el negocio y la TI.

Antes indicábamos que el CIO deberá elegir entre liderar la nueva TI o ser un gestor compras tecnológicas. Para ello debe saber que un líder es aquel que influye para que se trabaje en la consecución de objetivos en pro del bien común. Lean IT ofrece las herramientas para ello. Pero el paso previo radica en que la propia función TI tenga el valor de querer soltar el lastre (adelgazar) de su pasado de orientación tecnológica.  El éxito de la futura función TI está menos en la gestión de la tecnología que en la gestión de la información.

Publicación en Silicon News

 

La cultura y las corrientes ocultas

La cultura y las corrientes ocultas

La cultura y las corrientes ocultas

En 1895 Fridtjof Nansen se dio cuenta que era imposible cumplir su objetivo de navegar sin gobierno, al albur de la naturaleza. Nansen fue un explorador noruego, famoso, entre otras hazañas, por intentar llegar al Polo Norte dejándose llevar por las corrientes submarinas que fluyen bajo la banquisa ártica. Para ello, en 1893 partió con rumbo norte a bordo de su barco Fram y a una latitud determinada se dejó atrapar por los hielos del círculo polar ártico. Nansen sabía de las corrientes marinas que fluyen de este a oeste y su idea era que éstas le llevaran hacia el desconocido Polo Norte. El resultado fue decepcionante: el barco apenas avanzaba o lo hacía de un modo errático y nunca terminaba de llegar a su objetivo. El 8 de abril de 1895 alcanzó la posición más septentrional jamás alcanzada hasta entonces, a ‘solo’ 364 km. del Polo Norte. Viendo el poco gobierno de su nave, tuvo que tomar su decisión más arriesgada: decidió abandonar el barco con su tripulación y continuar a pie, junto con un compañero, con trineos tirados por perros.

El avance por tracción canina tampoco fue muy meritorio, pues la distancia que recorrían se veía alterada y disminuida por el movimiento de la banquisa, a tenor de las corrientes submarinas. Abandonaron toda esperanza de alcanzar el Polo Norte y decidieron volver. La vuelta fue tan azarosa como la ida, digna de un aventurero como Nansen, pero me temo que no toca narrarla en este espacio. Tan sólo indicaremos, para sosiego del lector, que Nansen consiguió volver a su Noruega natal hacia agosto de 1896.

Nansen se propuso un objetivo y para ello estableció como gobierno el dejarse llevar por las corrientes ocultas y submarinas de la banquisa ártica. Corrientes que no se ‘ven’ pero que se ‘sienten’, pues es claramente observable cómo un barco avanza en una dirección u otra. La cultura de una organización es similar: no se sabe de nadie que haya ‘visto’ una cultura, en su aspecto conceptual, pero todos somos conscientes de sus manifestaciones.

Hablamos de la cultura de una organización. Y entendemos como tal el conjunto de valores y creencias que derivan en formas, modelos o patrones a través de los cuales se establece el comportamiento de las personas en dicha organización. Dicho de modo claro: la cultura nos ‘dice’ cómo debemos comportarnos en una sociedad u organización; por ejemplo, la cultura occidental nos dice que al conocer a una persona hay que darle la mano.

Lo relevante de la cultura es que ésta siempre existe, aunque no hagamos nada por que exista.

Lo relevante de la cultura es que ésta siempre existe, aunque no hagamos nada por que exista. Y lo dramático es que, existiendo, no la vemos directamente, como no vemos las corrientes submarinas, pero sí vemos sus manifestaciones y sus resultados: que no llegamos al Polo Norte. Y en este punto crucial radica la clave de muchos fracasos en el ámbito del gobierno de las organizaciones, ya sea gobierno corporativo o gobierno de las Tecnologías de la Información (TI).

El buen gobernante no sólo debe saber de la existencia de una cultura o culturas en su organización, sino que debe trabajar activamente para crear y asegurar una determinada cultura en su organización. Nansen sabía de las corrientes ocultas bajo la banquisa ártica, sabía que existía una ‘cultura’, pero se dejó llevar por tal ‘cultura’, no ejerció una actividad de gobierno; o bien, como dijimos, su decisión de gobierno fue ponerse en manos de tales corrientes ocultas. Fracasó.

El buen gobernante debe trabajar activamente para crear y asegurar una determinada cultura en su organización

Desde el gobierno se deben establecer los mecanismos de liderazgo adecuados que ayuden a crear y mantener una determinada cultura: en esta frase, la palabra más importante es liderazgo, cuestión que no siempre se atiende de manera adecuada, y que se sustituye por mando. Mediante dicho liderazgo se deben crear los valores y creencias que devienen en una cultura determinada. Los valores y creencias determinan la forma de ver la realidad y cada organización tiene una forma de ver la realidad, aunque ella no lo sepa.

Se debe disponer de un liderazgo que, tras determinar qué valores y creencias quiere establecer, sea el primero en manifestar su compromiso con ellos, tanto en palabras (declaración de intenciones) como con hechos (más difícil). De esta forma, se crea una ‘corriente’, y se pueden observar sus manifestaciones a través de los hechos. Los miembros de la organización verán que el liderazgo es sincero y verdadero, o de lo contrario nunca lo asumirán como algo suyo. Una vez establecida una cultura, desde el gobierno queda la responsabilidad de asegurar que ésta se mantiene. Esto se consigue mediante la monitorización. Un buen gobierno debe disponer de los mecanismos de seguimiento que detecten posibles alteraciones de la cultura establecida; el amago de posibles nuevas corrientes ocultas que vayan contra la primera. Para ello, los elementos culturales se deben definir de manera clara y tangible, al menos en aspectos relevantes.

Dada la importancia creciente de las tecnologías de la información (TI) y su impacto en el negocio, éstas se deben dirigir desde un gobierno específico: el gobierno de las TI. Este gobierno de las TI debe conocer cuál es la cultura de la corporación y determinar si dicha cultura se traslada a la función de TI o si existen otras culturas perjudiciales. Es decir, debe realizar principalmente una labor de monitorización. De no tener una cultura ‘alineada’ con la cultura corporativa, es entonces cuando el gobierno de las TI deberá crear dicha cultura en su organización de TI. A pesar de que la función de TI esté dentro de una organización superior con una cultura global, no es de extrañar que en ella exista una cultura particular: ello es debido a que las TI son portadoras de valores específicos (corrientes ocultas) los cuales no se ‘ven’, pero cuyas manifestaciones nos arrastran de manera inconsciente.

En descargo de Nansen podemos decir que sí tuvo una decisión de buen gobierno. Con el fin de que el barco Fram soportara las presiones de los hielos árticos, diseñó éste de una manera especial, con una estructura reforzada. Gracias a esta estructura, el barco resistió la fuerza del hielo, y toda la tripulación volvió a salvo a Noruega. La creación de estructuras es otra responsabilidad del gobierno, cuestión que podemos dejar para otra ocasión, según como nos vengan las corrientes.

Publicado en Capital Humano nº 240, pags. 78-81, febrero 2010

 

Una TI de cine

Una TI de cine

Una TI de cine

Los comienzos del cine tienen dos hechos curiosos. Pensamos que en los albores del celuloide, a finales del siglo XIX, sólo se hacían películas en blanco y negro y que el color vino mucho después. Pero no es así: algunas de las primeras películas de cine ya eran en color. Unos pocos meses después de que los célebres hermanos Lumière asombraran a un escaso público con la llegada de un tren, Edison presentó una breve película en la que la reconocida bailarina Annabel ejecutaba la llamada danza serpentina. Esta película tenía color.

Sin embargo, aquello no causó sensación. La razón era clara. Lo maravilloso del cine, lo que le hacía único y distinto de cualquier otro hecho cultural, era que representaba el movimiento. Mostrar colores no estaba mal, pero eso ya lo hacía la pintura. Por ver colores no se pagaba una entrada; ver el movimiento, sí tenía valor. Ésa es la esencia del cine: movimiento.

Hace unos meses se ha publicado una sorprendente encuesta de CIOnet reflejando las acciones que los CIO van a tomar en estos momentos tan apasionantes. Como cabía esperar, la reducción de costes es una prioridad inexcusable. Aquí se halla lo sorprendente. Con el fin de reducir los costes de las TI, la mayoría de los directores encuestados apuestan por acciones tales como revisar los contratos con proveedores o utilizar tecnología de comunicaciones que evite desplazamientos. Son como los colores en el cine: no está mal, pero eso ya lo hace cualquier departamento de soporte.

Si queremos sobrevivir como departamento de TI, tenemos que hacer cosas propias de la TI. Si hacemos lo mismo que hacen otros, nos verán como a otros. Si sólo llevamos a cabo acciones que puede hacer cualquier departamento de soporte, como es revisar los contratos con proveedores, se nos verá como a cualquier departamento de soporte. No se percibirá nuestro valor, porque así no lo tenemos, y en unos meses habrá un pliego de externalización.

¿Para qué sirven las TI? ¿Qué hace la función de TI que sólo ella haga? Mirando con detenimiento la esencia de su existencia, la función de TI tiene un doble cometido: asegura que los procesos de negocio actuales estén disponibles, y asegura que nuevas funcionalidades, o nuevos procesos de negocio estén disponibles cuando el negocio lo necesite. Esto es lo específico de las TI: esto es el movimiento en el cine.

El siguiente paso será medir este hecho único y propio de la TI para tenerlo controlado y determinar la eficacia de las acciones de mejora que se ejecuten en su favor. Por ejemplo, precisar el número de horas de productividad perdidas en el negocio por causa de un error en la TI. Reducir esta métrica significa disminuir costes de mantenimiento e incrementar la facturación del negocio. Por esto, el negocio sí paga una entrada para vernos.

De la misma forma que nos gusta más ver películas en color que en blanco y negro, además habrá que revisar los contratos con los proveedores. Pero esto será “además”. Si “sólo” nos dedicamos al color, es decir, a apretar a los proveedores, nadie verá nuestra diferencia con una hermosa pintura de un externo, que además es más barata.

El otro hecho curioso de los albores del cine radica en que en aquellos años el espectáculo no sólo era ver una cierta película, sino que incluso se enseñaba con emoción la tecnología que permitía tal maravilla, es decir: el proyector. Con el tiempo esa emoción ha desaparecido, y hoy en día nadie se asombra ante un cinematógrafo. Hagamos que no se pierda la emoción por la TI, a través de su único “movimiento”.

La TI tiene un doble cometido: asegura que los procesos de negocio actuales estén disponibles, y asegura que nuevas funcionalidades estén disponibles cuando el negocio lo necesite

Publicado en Computing, nº 609, 23 de septiembre de 2009

 

 

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